domingo, 19 de abril de 2015

De Paseo a Palomino



Palomino con familia y amigos

En esta semana santa de 2015, tuve la oportunidad de visitar este destino en el norte de Colombia, en plena Sierra Nevada de Santa Marta y descubrí una joya escondida en el caribe de mi país.

Un lugar donde se puede disfrutar de una playa con agua salada y  agua dulce, como se ve en la foto, en la derecha el Rio Palomino con aguas frescas que bajan de la Sierra y al lado izquierdo el Mar Caribe.

Amigos me habían hablado de esta particular playa y ya hace meses tenia el deseo de conocerla.


El viaje lo hicimos con un primo, su novia y la hija de su novia, que vinieron de  Bogotà a pasar sus días de descanso y a celebrar el cumpleaños de una de ellas.


Sabíamos que por ser temporada alta las mejores playas estarían colmadas de gente, aun asì tomamos el riesgo de pararen Santa Marta el Jueves santo para almorzar en el malecón y en la tarde fuimos a la playa del Rodadero.

Así estaba...



Cansados de la playa, finalizando la tarde arrancamos hacia la Guajira, en dirección norte en busca de un hospedaje, pero no teníamos ni idea que la búsqueda de hostal u hotel seria tan dificl.


Finalmente encontramos a orilla de carretera unas bellas habitaciones ecológicas con toldillo para mosquitos, pero muy confortables y amables con la naturaleza.

Al dia siguiente nos dirigimos hacia Palomino, disfrutamos todo el día en la playa, el rio y las delicias de platos que ofrecen los locales.


Aqui se puede ver el rio, tiene aproximadamente 2 metros de profundidad en parte mas profunda que es cuando desemboca al mar.



Aqui se puede apreciar un relato de la Revista Semana sobre Palomino:


"Es fácil llegar hasta Palomino; lo difícil es dejarlo. Lo experimenté personalmente, pues llegué al corregimiento pensando permanecer allí un par de días para seguir camino hacia la Alta Guajira, pero finalmente la estadía se prolongó por una semana. Es un lugar que invita a desconectarse, olvidarse de los afanes de la ciudad, respirar naturaleza, caminar, tomar el sol, dormir... Un espacio que, gracias a su baja contaminación auditiva y visual, es apropiado para el recogimiento y la meditación.


Poco a poco los colombianos han ido conociendo este especial corregimiento, que hace parte del municipio de Dibulla, visitado por extranjeros provenientes, en su mayoría, de Europa, Canadá y Suramérica. Es un turismo diferente, que no busca las comodidades cinco estrellas de las grandes cadenas hoteleras"








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